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Los desinfectantes y sus 5 reglas de oro

Actualizado: 23 may 2020

Entiendo que en los tiempos que corren pienses que lo más seguro para vos y tu familia es desinfectarlo todo. Sin embargo, tenés que tener en cuenta que los desinfectantes no deben usarse indiscriminadamente.

Los desinfectantes deben usarse siempre de forma racional y racionada, en aquellos casos que se justifique y con las dosis y el tiempo de contacto adecuados

Si estás en modo autómata y le das con el "chuf chuf" con desinfectante a todo lo que se te cruza te invito a leer en este orden mis artículos anteriores:


Conociendo las alternativas que tenes para la limpieza, podrás elegir con mejor criterio qué producto de limpieza utilizar, cómo utilizarlo y cuándo utilizarlo.

Antes de hablar de los productos desinfectantes que tenemos en el mercado me gustaría antes que sepas estas 5 reglas de oro.


Te comparto un enlace a "6 pasos para el uso seguro y efectivo de desinfectantes" publicado por la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA) que son bastante similares a las que yo elaboré.


Las 5 reglas generales al usar un desinfectante


1. Evitar contacto con seres vivos


Los desinfectantes son sustancias agresivas para los seres humanos al ingerirlas, inhalarlas o tocarlas.

Además de evitar el contacto directo, debemos cuidar de no usarlos con alimentos y utensilios que estén en contacto con ellos ya que es posible que se queden con un residuo.


2. No mezclar


Los desinfectantes pueden convertirse en bombas tóxicas al mezclarse con otras sustancias que no sean el agua fría

Conviene asumir como regla general que los productos de limpieza sólo deben mezclarse con agua fría. De ser posible con agua destilada o agua de red hervida y enfriada (ya sabés que el agua de red tiene de por sí un químico como el hipoclorito de sodio y al calentarla se lo elimina por evaporación).

Tampoco deben mezclarse con suciedad, dado que pueden perder efectividad o incluso generar nuevas sustancias, por tanto antes de usar un desinfectante hay que realizar una limpieza.


3. No usar puro, sino diluir en la dosis y el tiempo de contacto adecuado


Los productos de limpieza generalmente no se utilizan puros sino diluidos con agua fría destilada o hervida previamente.

Al contrario de lo que podés pensar los desinfectantes puros no tienen un mayor poder desinfectante, sino que deben diluirse para "activarse"

Es importante leer la etiqueta (¡aunque sea casi imposible!) y atender la dosis adecuada para cada fin informado por el fabricante.

Siempre se agrega el producto desinfectante al agua y no al revés.

Es muy importante considerar el tiempo mínimo que el desinfectante debe estar en la superficie para que haga el efecto deseado. Si no se respeta esto puede suceder que los microorganismos más resistentes sobrevivan y por tanto las nuevas generaciones de gérmenes serán hiper-resistentes.

El uso de desinfectantes es un círculo vicioso: los desinfectantes ocasionan SUPER gérmenes que exigen cada vez desinfectantes más fuertes.

4. Enjuagar


Por lo general no es deseable que te queden restos del producto químico sobre lo que limpiaste.

Ya habrá tiempo de conocer excepciones a esta regla pero los restos de químicos en tu ambiente no hacen otra cosa que contaminarlo y se convierten en un riesgo para tu salud.

5. Reducir


Siguiendo la máxima "Reducir es la clave" te aconsejo que reduzcas tanto las ocasiones como las cantidades

En muchas ocasiones podrás usar otros productos y procedimientos de limpieza seguros sin necesidad de utilizar un desinfectante.

Además, a la hora de realizar un diluido del desinfectante con agua prepara lo mínimo posible ya que una vez realizada la dilución tendrá una duración limitada, ya a los pocos días comenzará a perder la concentración.


Relación de concentraciones y dosis


Sabés que en las etiquetas del producto vienen las dosis recomendadas por el fabricante. Pero como soy una maestra ciruela me gusta explicarte de dónde salen las dosis recomendadas para cada desinfectante (que es un cálculo muy fácil que alguna vez puede hacerte falta).


Cuando comprás un producto en la etiqueta encontrarás en su composición química un cierto compuesto desinfectante y su concentración original o de fábrica. Por otra parte, los organismos de salud suelen recomendar una concentración deseada del compuesto desinfectante para conseguir un cierto fin (este valor será diferente si el fin es limpieza de mantenimiento que si es desinfección de lugares altamente contaminados). Las concentraciones son expresadas generalmente como un % que significa cuántas unidades de compuesto hay cada cien unidades de producto.

Para preparar un cierto volúmen total (VT) de un producto que tiene una concentración original (CO) de un compuesto desinfectante, el cuál querés diluir para llegar a una concentración deseada (CD), la dosis o volúmen del producto (VP) y el volúmen de agua (VA) se calculan:
VP = VT * CD / CO
VA = VT - VP

Un ejemplo:

Lavandina que contienen Hipoclorito de sodio 50 gr Cloro por Litro equivale a CO = 5%

Si queremos diluirlo a una concentración CD = 0,05%

Para obtener un litro de preparado diluido VT = 1 litro = 1.000 ml

La dosis de lavandina es VP = 1.000 ml x 0,05% / 5% = 10 ml

La dosis de agua es VA = 1.000 ml - 10 ml = 990 ml


Medidores usuales y equivalecias


No pretendo que te conviertas en un químico pero si decidís usar un desinfectante tenés que decidirte a ser lo más preciso que puedas.


A veces las dosis vienen expresadas en partes sin referirnos a unidades de medida (por ejemplo, 7 partes de alcohol y 3 partes de agua). En este caso solo tendremos que definir la unidad de medida a utilizar (por ejemplo, cucharadas o tapitas).


En general, las dosis en una etiqueta vienen expresadas en unidades de volumen como los mililitros (ml) o lo que es lo mismo su equivalente centímetros cúbicos (cc o cm3). Por ejemplo:


1 ml = 1 cc (cm3)

1 litro = 1.000 ml = 1.000 cc


Nos hará falta un medidor confiable ya que el respeto de las dosis puede marcar la diferencia entre el hecho de que un desinfectante sea inocuo, sea efectivo o sea tóxico.

Medidor graduado

Lo más confiable es utilizar un medidor graduado, que para cantidades pequeñas te servirá la tapa graduada que viene con los remedios antifebriles.

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Las cucharadas

EL hecho de utilizar cucharadas puede prestarse a confusión ya que al menos en mi cocina tengo tres tamaños de cucharas, de menor a mayor capacidad: café, té o postre, sopera. Estas son mis equivalencias:

1 cuchara sopera = 3 cucharadas de té o postre = 6 cucharaditas de café


Además de que los fabricantes no siguen ningún estándar en las capacidades está el hecho de que al llenar una cuchara con un líquido podés hacerlo en un término medio (para evitar que se te chorree) o hasta su máxima capacidad ¡rebalsando! Estas fueron mis aproximaciones pero pueden no ser válidas con tus cucharas:


1 cuchara sopera = 10 ml (no muy llena) o 15 ml (a tope)

1 cuchara de té o postre = 3 ml (no muy llena) o 5 ml (a tope)

1 cuchara de café = 1,5 ml (no muy llena) o 2,5 ml (a tope)


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Las tapitas


La tapita es un poco tramposa a la hora de aproximar mililitros ya que no todas las tapitas tienen la misma capacidad. Aquí te muestro por ejemplo tres tapas de diferentes capacidades de un mismo producto como la lavandina que viene en distintos envases y marcas.


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Las tazas y vasos


Las tazas suelen ser una medida que encontramos para aproximar cierta cantidad de mililitros, pero hay que considerar que, al igual que sucede con las cucharas, tenemos tazas y vasos de diferente medida en nuestras cocinas y no hay un estándar (así que mi taza puede tener una capacidad diferente a la tuya).


Tazón (mug) = 250 ml o cc

Taza (de té) =  150 ml o cc

Tacita (de café) = 100 ml o cc

Vaso (de agua) = 200 ml o cc

Vasito (de vino) = 100 ml o cc

Copita (de licor) = 50 ml o cc


Podes calibrar tu propia taza medidora usando por única vez un medidor para hacerle marcas en 100 cc y 50 cc), del lado de adentro también si no es transparente.

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Las gotitas

Esta es la medida que se suele utilizar cuando se trata de desinfectar agua o alimentos y de ninguna forma podes pensar que en una cucharada entran unas pocas gotitas. ¡Tenés que usar un gotero!


1 gotita = 0,05 ml



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¡Si llegaste hasta acá te ganaste una estrella!


Ya estás listo para que te presente en mi próximo artículo los desinfectantes y dosis que nos recomiendan para el SARS-CoV2 #covid-19


 
 
 

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